Jane Goodall, un encuentro de esperanza

El pasado sábado 15 de diciembre pudimos vivir una experiencia que hace unos meses nos podía parecer un sueño.

Un día en el que pudimos recoger un pedacito de un legado del que nos consideramos parte desde hace muy poquito, pero por el que nos sentimos profundamente agradecidos y orgullosos.  Y, sobre todo, esperanzados.

Y es que  nuestro equipo de niños de Soulmates pudo conocer personalmente a la Dra. Jane Goodall en su visita a España en un encuentro privado junto al equipo de Raíces y Brotes Madrid y, explicarle el magnífico trabajo que realizan 

Nos dio luz a todos para continuar la lucha por un mundo mejor y transmitió a los niños fuerza y esperanza para continuar con su labor.  Un antídoto contra la desesperación y el enfado ante la desconexión con el mundo en el que habitamos y que percibimos últimamente.

Nos dio luz a todos para continuar la lucha por un mundo mejor y transmitió a los niños fuerza y esperanza para continuar con su labor.  Un antídoto contra la desesperación y el enfado ante la desconexión con el mundo en el que habitamos y que percibimos últimamente.

Primatóloga importantísima, antropóloga audaz, etóloga brillante. Mensajera de la Paz de la ONU, Doctora honoris causa por más de 45 universidades del mundo, Premio Príncipe de Asturias de Investigación, Legión de Honor de la República de Francia, y Dama del Imperio Británico…medalla Hubbard, Kyoto Prize, medalla Benjamin Franklin, premio Gandhi/King Medalla de Oro de la UNESCO,…

Pero, ¡un momento! ¿es esa la Jane Goodall que conocimos el sábado?

A ella misma le cuesta reconocerse entre tantos títulos, sintiendo a veces que hay “dos Janes” e insiste en presentarse como la niña que sólo quería viajar a África a vivir con animales y escribir sobre ellos, al provocarle cierta extrañeza la forma en que la presentan ante el público.

La primera, nos hace admirarla, conectar con su valentía, su fuerza, su determinación, y seguir sus pasos. Es poder.

La segunda, nos hace mirarnos y reconocernos a nosotros mismos, conectar con su empatía, sencillez, bondad y humildad. Es fragilidad.

El otro día, tuvimos la suerte de encontrarnos con las dos. Por la mañana, pudimos estar presentes y escuchar su discurso de investidura como doctora honoris causa en el Paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid, donde habló con firmeza de los graves problemas que sufre nuestro planeta y de la necesidad de conectar nuestro cerebro con nuestro corazón a la hora de afrontarnos. Habló de empatía.

Por la tarde también estuvimos en La Casa Encendida de Madrid, donde pudimos compartir un ratito con ella antes de su charla.

Allí comprobamos el valioso legado que deja en España, compartiendo escenario con las magníficas personas y profesionales que lo recogen.

Personas admirables como Laia Dotras, Presidenta del Instituto Jane Goodall en España, Federico Bogdanowicz su Director Ejecutivo, Liliana Pacheco, Directora del Programa en Senegal y Guinea, y con Rebeca Atencia, actual Directora del Centro de Rehabilitación de Tchimpounga, a la que los chicos y chicas de Soulmates escuchaban con la boca abierta hablar de su trabajo en la selva.

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Y hablamos de chimpancés.

Con Jane siempre se aprende a través de los cientos de historias de chimpancés que conoce y que hacen a cada uno de ellos único. Su historia es todo aquello que les da un valor único por lo que son, por sí mismos. El mismo valor que les da su historia a los animales con los que trabajamos y, por supuesto, a los niños de Soulmates.

Cuestionada por algunos por falta de rigor metodológico, por poner nombres a los chimpancés a los que estudiaba, implicándose emocionalmente con ellos, ella defiende la empatía como instrumento de conocimiento, y como manera válida de acercarse al otro. Un instrumento nos llega a nosotros en forma de arma contra el negativismo, la desconexión y el abandono.

Y también de esto han aprendido mucho los niños de Soulmates. Ellos no son antropólogos, ni etólogos, (todavía), pero han conectado como nadie con los animales de la protectora. Así lo resumía una de las niñas a Jane en nuestro encuentro: “Somos de una residencia infantil… estamos en una perrera para que todos los perros y animales que entran ahí salgan adoptados porque, nosotros somos los que mejor les podemos entender»

Y es que nuestro chicos y chicas, desde sus heridas, desde su decepción y su rabia, han conseguido sacar fortalezas y capacidades. Gracias al poder del vínculo.

Durante el encuentro, otro niño del público preguntó a Jane: “¿Piensas que, si los humanos no hubieran existido, los chimpancés vivirían mejor? La respuesta de Jane fue muy clara y directa: Si. Y elefantes, rinocerontes,…pero no es muy probable que los humanos vayamos a desaparecer de repente.

A pesar de todo, estamos hablando de esperanza…¿Por qué? Jane, recurrió a otra de sus historias con los chimpancés. La de uno de ellos, sometido durante años a experimentación científica. Liberado años después en la naturaleza, señalado y estigmatizado como animal peligroso y violento con los humanos (¿cómo no serlo?), fue capaz años después de ayudar y salvar la vida a la persona que lo rescató.

La esperanza de que el encuentro siempre es posible.

Para nosotros este encuentro no fue casual, sino que culminaba el intenso de trabajo de muchas personas con las que hemos tenido la suerte de cruzarnos. Por nuestra parte, pudimos estar allí gracias a nuestro encuentro con el Instituto Jane Goodall en España, gracias Marisa MariñánCoordinadora de Raíces y Brotes, que nos ha acogido como nadie, y a todo el equipo de Raíces y Brotes Madrid, del que ya nos sentimos parte.

A inicio de 2018, nuestro proyecto Soulmates pasó a formar parte del Programa de Raíces y Brotes del Instituto Jane Goodall  (cómo os contamos aquí), y los niños que han participado en la primera edición del proyecto han podido continuar la labor que iniciaron, con los animales que todavía siguen buscando un hogar, sumando fuerzas junto al maravilloso equipo de Raíces y Brotes Madrid para crear acciones que mejoren el planeta que compartimos con otras especies. Nuestra familia ha crecido ¿verdad que es bonita? 

Este esperanzador encuentro se suma a otros que hemos vivido últimamente. Encuentros con personas de, desde diferentes puntos de partida, han encontrado la necesidad de trabajar conjuntamente en sus proyectos tanto con las personas como con los animales y el medio en el que vivimos. Como son nuestros admirables amigos de Hoope, con lo que todo parece posible a su lado y tanto nos acompañan en Soulmates.

Como todas aquellas con las que pudimos compartir en septiembre el I Congreso de Proyectos de Ayuda Bidireccional entre Animales y Personas · Uniendo Almas ,que organizamos junto a Hoope, y que sienten la necesidad de conectar con nuestro entorno teniendo en cuenta la globalidad del impacto de todo lo que hacemos en nuestro día a día.

La importancia de entender que no estamos solos. Que también somos “un otro” para el otro.

Para terminar, un último dato de Jane que pone los pelos de punta, y que nos hace tomar conciencia de la urgencia de la tarea que tenemos todos. Ella dice viajar 300 días al año y, a pesar de sus ahora 84, ha intensificado el ritmo de trabajo… porque siente que se le agota el tiempo.

GRACIAS, Jane. Seguiremos trabajando con el corazón 

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