#UniendoAlmas: TAA en Menores en Acogimiento Familiar · Parte 3

Como ya os contábamos en el anterior post, nuestro proyecto #UniendoAlmas, pretende acercar la terapia con animales al campo de la acogimiento familiar y por eso en elaño 2015 comenzamos a colaborar con el Servicio de Prestación de Tratamientos Psicoterapéuticos para Menores Acogidos con Familia Ajena de la Comunidad de Madrid, principalmente en los casos de necesidades especiales.

Con este proyecto, no nos basamos sólo en los beneficios demostrados con este tipo de terapia, sino que, a lo largo de nuestro recorrido profesional, hemos comprobado también los beneficios de trabajar desde una metodología basada en el cambio de roles: intervenciones en las que el propio usuario es al mismo tiempo el receptor y el generador de cambio y beneficio en otros. Con personas que suelen sufrir largos periodos de institucionalización (geriatría, personas con discapacidad, enfermedad mental…), éste modo de intervención es especialmente beneficioso.

Estas personas, acostumbran a ser los receptores de cuidados, terapias, consejos, pautas.. Lo cual tiene la contrapartida de colocarle siempre en el lugar del que no puede: todo va encaminado a llenar algo que no tienen, suplir algo que les falta.

Desde el cambio de roles, en este caso, el cuidado y protección de otro ser vivo, se les pone en contacto con otros aspectos menos explorados de sí mismos: sus capacidades, sus virtudes, las cualidades que pueden aportar, y esto les haces sentirse útiles valiosos y, lo más importante, queridos.

En el caso de los menores tutelados esto es especialmente importante: desde la experiencia del trabajo de los equipos que atienden a estos niños se detectan casos en los que las intervenciones terapéuticas realizadas son intentos bien intencionados por librar al niño de su situación, pero no resultan todo lo eficaces que cabría esperar.

Los resultados se escapan, precisamente, por el agujero que ha generado su situación de abandono. A veces, esto provoca un daño que repercute en su seguridad y confianza hacia él mismo ha hacia el mundo que le rodea.

En Souling, desde hace tiempo, venimos trabajando cada vez más con animales rescatados de situaciones de abandono. Creemos que el beneficio del contacto y la terapia con los animales no se basa en lo que haga el animal en sesión, sino en la relación particular que se establece entre el ser humano y el animal, lo que conocemos como vínculo emocional.

«Ambos tienen la capacidad de sanar las heridas del otro y con ello las suyas propias»

Pensamos que, en esto, ambos son terapeutas y pacientes. Ambos tiene la capacidad de sanar las heridas del otro y con ello las suyas propias. Y es más, creemos que nuestra intervención sólo tiene éxito si resulta beneficiosa para ambos.

Por eso, en nuestra institución todos los animales que participar en las sesiones de terapia han sido rescatados de alguna situación de abandono. Esto abre un campo nuevo de trabajo con los menores tutelados: la historia del animal sirve de reflejo de su propia historia de vida, a través de la cual poder ponerle palabras y comprenderla, para poder ser dueños de ella.

A lo largo de este tiempo hemos podido comprobar estos beneficios y los niños, a través de la identificación con el perro, que hace de espejo de sus experiencias han podido expresar aspectos emocionalmente complejos, tomar contacto con episodios difíciles de su historia de vida, siempre acompañados por un amigo peludo que les escuchaba y acompañaba con las mismas ganas, disfrutando de su cuidado y cariño, creando una relación de ayuda bidireccional.

En nuestro país hay alrededor de 137.000 animales abandonados cada año, los cuales creemos que pueden ayudar a muchas personas desde su situación. Los menores tutelados en España ascienden a 40.000, de los cuales casi la mitad viven en instituciones. Y creemos que todos ellos tiene mucho que ofrecer. Por eso seguimos trabajando en nuevos proyectos que les unan.

Y ésta es básicamente nuestra función principal, porque sabemos que ellos van a ser capaces de hacer perfectamente su parte del trabajo.

                                                                    Jonás Reguilón Liébana. Psicoterapeuta